jueves, 2 de agosto de 2012

La habitación de la melancolía



Mientras la gente habla y da vueltas por la habitación, observo que todo permanece  intacto; la misma música discotequera de siempre entra por la ventana, el mismo olor se desprende de la tela vieja y todos los juegos con los que nadie jugaba siguen amontonados sobre el sofá. Parece que nada haya cambiado ni evolucionado y es que la película de siempre se repite como un bucle en mi cabeza. Y aunque se pudiera volver a empezar la historia desde el principio, cometería los mismos errores y equivocaciones, pues no me arrepiento de ellos. Porque  sigo con los mismos miedos a no saber y con las mismas inseguridades por no poder, que me hicieron tomar un camino. Y es que todas las historias que empiezo se quedan sin final en la libreta, porque aunque intente cerrar la puerta, el viento sopla más fuerte y me abre la ventana.  

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