domingo, 7 de abril de 2013

Ser on no ser. És aquesta la qüestió?


Somrius mentre balles la cançó de “l’estaca” a ritme d’ska, menges un entrepà de botifarra per agafar forces, t’emociones en veure com un Castell es va fent gran i  disfrutes escoltant  diferents accents catalans. Però quan tothom crida visca la terra lliure recordes el Cabanyal de València i la seva gent, les migdiades de Saragossa, la catedral de León, la fletxa groga que et va portar fins a Santiago, les cançons d’Extremoduro, els homes guapos del país basc, les canyes i les tapes de Madrid, la música pels carrers de Granada,  els vins de la Rioja, i tota la gent amb qui ho has compartit, i penses en el que et falta per conèixer i compartir mentre et preguntes si per defensar un sentiment  cal posar fronteres.  Així que et trobes en ple concert sense saber que cridar,  i et preocupa  que tard o d’hora et faran posicionar quan el veritable problema no és d’on ets sinó qui s’ha quedat amb els diners.


Ser o no ser. ¿Es esta la cuestión?
Sonríes cuando bailas la canción de” la estaca” a ritmo de ska, comes pan con tomate y longaniza para recuperar fuerzas, te emocionas cuando “los castellers” empiezan a actuar y disfrutas con los diferentes acentos que tiene el catalán. Pero cuando todo el mundo grita “visca la terra lliure” te acuerdas del Cabanyal de Valencia y su gente, de las siestas en Zaragoza, de la catedral de Leon, de la flecha amarilla que te llevó a Santiago, de las canciones de Extremoduro, de las cañas y tapas de Madrid, de los hombres guapos del País Vasco , de la música por las calles de Granada , de los vinos de la Rioja,  y toda esa gente con quién lo has compartido y piensas en lo que te falta por conocer y compartir, mientras te preguntas si para defender lo que sientes hace falta poner fronteras. 
Entonces te encuentras en medio de un concierto sin saber que gritar, y te preocupa que tarde o temprano te harán posicionar, cuando la verdadera pregunta no es de dónde eres, sino quién se ha quedado  con el dinero.  

jueves, 21 de marzo de 2013

Surrealismo nocturno



Las incertezas  del camino pueden hacer dudar incluso a un gigante que sabe quién es y lo que quiere . Como en una hilera de piezas de dominó, en que si una cae, caen las demás. Entonces toca volver a  a poner en pie todas las fichas que están desordenadas en el suelo de tu hogar,  aunque así parecen tener mayor libertad. Y te preguntas qué las ata, como una marioneta sin vida que depende de otras manos para respirar.   Pasas de ser rey, a ser turista, a un humilde animal que escucha música hasta altas horas de la madrugada, cuando la realidad te despierta picando  la puerta para ayudarte a organizar.