lunes, 28 de noviembre de 2011

zapatos y moquetas


Vivir en Paris es lo mismo que no vivir en Paris, porque aunque las tiendas cierran pronto, en las oficinas se trabaja hasta tarde. Y al salir, solo te encuentras con restaurantes japoneses llenos de gente solitaria sentada en la barra  y músicos que cantan canciones versionadas de los gipsy kings. Lo único que te recuerda dónde estas son los empujones en el metro de la gente que va con prisa y los zapatos súper modernos que todo el mundo lleva y te apetece comprar, aunque tú siempre lleves bambas.

Porque en dos semanas solamente he visto la tour Eiffel desde la ventana de una de las 5 habitaciones con moqueta en las que he estado, ya que estaba demasiado cansada para salir. El París de las luces, la bohemia y los artistas va más rápido que en mi cabeza y no te deja tiempo para disfrutar. No obstante tiene algo que te engancha, ya que cuando pagas el metro con la carta Navigo te sientes parte de es, porque ya no eres un turista que va al Louvre, sino alguien que tiene prisa por comprar unos nuevos zapatos mientras empujas a los demás.